El último 15 de agosto tuve
la fortuna de presenciar el concierto de Natalí Jiménez en
la “Noche de Barranco”. En los previos
entrarían los teloneros de Natalí, quienes me dejarían una grata impresión y me animarían
en los previos con su Country Pop Rock, me refiero a la banda “Caoba”.
Aquí me encontraría con mis amigos Andrés Dulude, Ana
Purizaga y mi tía Chabela (mamá de Ana) con quienes
además de compartir la mesa, compartiríamos comentarios sobre la linda y
talentosa Natalí Jiménez.
Siendo 11:25 pm
aproximadamente haría su aparición la siempre subliminal Natalí Jiménez. El concierto
empezaría con el tema “No existe libertad”,
en lo personal con una influencia marcada del Rock alternativo de los 90´s e
incluso influenciado por la interpretación de las féminas de esa época.
La buena combinación del Folk
con el Pop Rock dentro de una atmósfera cargada de melancolía y nostalgia,
matizado con arreglos clásicos de la influencia del Rock Irlandés y esos toques
Folk que caían en las ondas del Pop Rock melódico hacían que la música se
sienta natural y con historias que invitaban a fantasear dentro de un gran
sueño musical llevados de la mano del espíritu de “Lady Qwam”.
Por momentos se me venían a
la memoria grandes intérpretes femeninas, con influencias en común a Natalí y ese es
el caso de Suzane Vega, Natalie Imbruglia o las
voces de “Cardigans”,
el “Frente” e incluso , con recorrido por Goo Goo Dolls,
Tom Petty
y “Beatles” , todas éstas
influencias bien acompañadas de un estilo muy propio, el de Natalí Jiménez.
Natalí se animaría
a tocar un tema de los “Rolling Stones”: “Wild Horses” y éste hecho llamaría mucho mi curiosidad y
mi expectativa por escuchar su interpretación, la misma que sería muy bien
recibida por el respetable y yo me quedaría gratamente sorprendido con la
interpretación, en la que Natalí aún cantando un tema de los Stones no renunciaría a ser ella
misma.
Comentaba con Andrés Dulude
que su música tenía una base muy marcada en notas menores y por eso la densa
melancolía en su temas, pero bien secundados por unos músicos bastante
virtuosos y de mucho oficio. Pero esta mixtura de fuerza y melancolía propia de
los grandes como “Radiohead”
me atrapaba y me hacía fantasear por ratos como si me encontrara en algún pub
en New York o en una taberna en “Dublin”.
El disco es un trabajo bien
logrado, fino, rítmico, melancólico, clásico, original, que muestra a una Natalí mediante
una radiografía musical bastante agradable. Pero con una banda que en vivo le
pone una cuota de potencia y rebeldía sin destrozar la finura del álbum, todo lo contrario, haciéndolo más
cautivador. Mi reconocimiento para éstos paladines de la buena música y sin
temor a equivocarme bien equilibrados por Hugo
Ortiz (En la batería) y el genial Arturo
“Tulo” Olaechea (En la guitarra) quien es el
productor musical de este buen disco.
Siendo 12:15 am aproximadamente,
Natalí Jiménez y su banda se despedirían
después de tocar uno de los temas más requeridos por el público: “Lucía”
en este tema la banda se luciría con una recreación musical espectacular y que
me dejaría más que complacido, y sólo dispuesto a retribuirles con aplausos,
por habernos obsequiado tremenda obra de arte y que le hace tan bien al Rock Peruano
lleno de variedad y profesionalismo.
Gracias “Lady Qwam” por tan subliminal mensaje
que nos dejaste aquella noche, gracias a la banda por tan buena musicalización
y gracias Natalí Jiménez por
habernos dejado conocer una etapa de tu vida a través de tu música.
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